T r a n s v i s i b l e _

 

 

Transvisible es un proyecto de carácter experimental donde Lourdes Germain explora múltiples modos de concebir e interpretar lo visible. Las vías de representación surgidas en el contexto de las nuevas tecnologías permiten a la artista investigar un área de posibilidades estéticas donde los fenómenos, al margen de las nociones de realidad y de verdad, son susceptibles de modificar la experiencia. En esta serie, diferentes dibujos generados analógicamente sobre papel son sometidos, a través de códigos informáticos, a procesos de desmaterialización que alteran su sintaxis preexistente. En ellos, tanto la intuición de la artista como el cálculo lógico-matemático de la máquina deciden sobre la aparición o desaparición de las formas. Desde el devenir puro de la materia hasta la diversidad de tránsitos hacia lo inmaterial, Transvisible nos permite asistir a las paradojas y contrastes de un post-minimalismo tecnológico, donde los desplazamientos de lo sensible inauguran un lenguaje cercano el grado cero de la percepción.

 

En las obras que componen Transvisible las imágenes alcanzan un extremo aligeramiento. Como nuevas presencias, logran manifestar una transparencia inédita a partir de un adelgazamiento máximo de la línea. Modificadas tecnológicamente, las líneas pasan a ser acontecimientos infra-leves, límites de minimización y fragilidad visual. Repensadas en zonas virtuales, comunican la solidez del volúmen con su disolución, enlazando lo existente a un comienzo liberador de invisibilidad. El resultado de los desarrollos de lo lineal, plasmado en medios que van desde el videoarte (imagen-movimiento) a novedosos soportes de impresión, varía desde un magma ordenado y fractal hasta un singular caosmos biológico sin unidad ni totalidad, cuyo comportamiento virtual gira radicalmente hacia lo transfinito teorizado por Georg Cantor y Quentin Meillassoux. Las tensiones de lo múltiple se muestran en una intensa apertura significativa, donde, a veces, el acto unificado de la percepción es puesto en duda, allí donde el desequilibrio, la repetición y la vibración óptica rebasan la subjetividad de un espacio y un tiempo meramete humanos. La artista parece decirnos que la reunión (Sammlung) que dota de sentido a lo que vemos es tan eventual como el instante vacío/pleno de nuestra coexistencia con las cosas.

 

Transvisible parece modificar la secuencia ordenada del tiempo para desviarnos hacia futuros solo existentes en un territorio aún impensado. En las obras de Lourdes Germain algunas raíces de ese lugar ya han abandonado la tierra para salir a un afuera sostenible, sin reducir las diferencias ni solidificar el ser en imágenes concluidas. Esperamos, junto a ellas, los desvelamientos cuidadosos (care) de la tecnología. Y es que la máquina, como lo humano, puede adquirir un modo poético, próximo e inocente de estar en el mundo, aprendiendo, en consonancia con los afectos pequeños, a respetar y a cuidar la nada.